Escrito por: Psic. Daniel Galindez
Crisis de Pánico
La
Crisis de pánico son períodos en los que el individuo sufre de una manera
súbita un intenso miedo o temor con una duración variable: de minutos a horas.
Los
ataques o crisis de pánico generalmente aparecen de repente y pueden alcanzar
su máxima intensidad en unos 10 minutos. No obstante, pueden continuar durante
más tiempo si el paciente ha tenido el ataque desencadenado por una situación
de la que no es o no se siente capaz de escapar.
En
los ataques de pánico sin disminución de intensidad desencadenados por una
situación de la que el sujeto desea escapar, algunos individuos pueden hacer
esfuerzos desesperados por intentar escapar de la situación.
TRASTORNO
DE PÁNICO (ANSIEDAD PAROXÍSTICA EPISÓDICA) DSM IV
Su
característica esencial es la presencia de crisis recurrentes de ansiedad grave
(pánico) no limitadas a ninguna situación o conjunto de circunstancias
particulares. Son por tanto imprevisibles. Como en otros trastornos de
ansiedad, los síntomas predominantes varían de un caso a otro, pero es frecuente
la aparición repentina de palpitaciones, dolor precordial, sensación de
asfixia, mareo o vértigo y sensación de irrealidad (despersonalización o
desrealización).
Casi
constantemente hay un temor secundario a morirse, a perder el control o a
enloquecer.
SINTOMAS
- Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
- Temblor o sacudidas.
- Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
- Sensación de ahogo.
- Dolor o molestias en el tórax.
- Náuseas o malestar abdominal.
- Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
- Escalofríos o sensación de calor.
- Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueos).
- Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
- Miedo a perder el control o de “volverse loco”.
- Miedo a morir
Estudios
de investigación han mostrado que existe una tendencia a que el trastorno de
pánico se transmita en familia. Sin embargo, no es totalmente heredado. En un
año cualquiera, de 30% a 40% de la población general tendrá un ataque de
pánico, pero la mayoría de estas personas no desarrollará un trastorno de pánico,
y posiblemente sea la única crisis que experimente. El primer trastorno de
pánico es generalmente activado por situaciones estresantes, por ejemplo en las
transiciones importantes de la vida, como la graduación de la preparatoria, al
entrar a un trabajo, al casarse o tener un bebe, una cirugía o un aborto. El
estrés severo, como la muerte de un ser querido, el divorcio o la pérdida del
trabajo puede detonar un ataque de pánico.
También son una respuesta a una impotencia aprendida, a un
crecimiento del sentimiento en la persona de impotencia a controlar ciertas
variables del entorno.
QUÉ HACER ANTE UN ATAQUE DE PÁNICO.
Actitudes esperadas
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Actitudes
curadoras
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“No puedo dejar que nadie lo sepa.”
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“No estoy avergonzado.”
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“El pánico es el mal, malo, el enemigo.”
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¿Qué puede
aprender como estudiante del pánico?
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“Quiero evitar los síntomas.”
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Quiero
enfrentar los síntomas para ganar habilidades.
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“Debo relajarme ya.”
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“Está bien estar ansioso aquí.”
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“Debo estar en guardia.”
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“No me cuidaré de no tener ansiedad.”
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“Esto es una prueba.”
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“Esto es una práctica.”
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“Es mejor que funcione”
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“No importa si no funciona.”
|
Aunque los ataques de pánico parecen surgir de repente, lo cierto
es que suelen comenzar con síntomas físicos de hiperventilación. Es en ese momento
cuando puedes intervenir:
- Haz respiraciones profundas, llenando completamente tus pulmones de aire (empezando por el abdomen) y expulsándolo lentamente.
- Vigila tus pensamientos. En vez de comenzar a pensar en terribles catástrofes piensa cosas como las siguientes:
- No me pasa nada malo, es solo ansiedad e hiperventilación, no me voy a morir ni me va a dar un ataque, ni me estoy volviendo loco.
- Si creo que me voy a desmayar puedo buscar un sitio para sentarme, respirar y esperar a que se me pase.
- Ahora voy a relajarme, no pensar en lo que me está pasando y concentrarme en cosas positivas o en lo que veo por la calle, para desviar mi atención.
- Cálmate, respira, no pasa nada, enseguida se te pasa (o cualquier otra frase tranquilizadora que te sirva de ayuda).
- No voy a perder el control, aunque una persona sienta mucha ansiedad puede seguir haciendo lo que está haciendo, incluso conducir y yo también puedo hacerlo.
- No voy a ser catastrofista, no es una catástrofe, solo un momento desagradable. Puedo soportarlo.
Además, puedes hacer lo siguiente:
- Si fumas habitualmente, es aconsejable que dejes el tabaco, pues aumenta la hiperventilación y favorece los ataques de pánico.
- Analiza si hay en tu vida importantes fuentes de estrés y trata de buscar el modo de reducir el nivel de estrés en tu vida.
- Haz ejercicio de forma habitual y ejercicios respiratorios para asegurarte de que tu respiración deja de ser superficial. Practica ejercicios respiratorios a lo largo del día, cada vez que puedas, sobre todo en los momentos más tensos.
- Aprende técnicas de relajación y practícalas habitualmente.
QUE
DICE LA BIBLIA.
1-.
No se inquiete, sea paciente.
Filipenses 4:6-7 Nueva Versión Internacional
(NVI)
6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión,
con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus
pensamientos en Cristo Jesús.
2-.
Autodiscipline sus pensamientos.
2
Timoteo 1:7 Nueva Traducción Viviente (NTV)
7 Pues Dios no nos ha dado un
espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.
3-.
El señor está contigo.
Salmos 27:1.3 Nueva Versión Internacional (NVI)
1 El Señor es
mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el
baluarte de mi vida;
¿Quién podrá
amedrentarme?
3 Aun cuando un
ejército me asedie,
no temerá mi corazón;
aun cuando una guerra
estalle contra mí,
yo mantendré la
confianza.
RECOMENDACIÓN
FINAL.
- Detecta a tiempo los pensamientos catastróficos y has contraste con pensamientos de bien.
- Toma tiempo para ordenar las ideas y da lugar aquellas importantes y productivas.
- Desentiende tu vida de aquellas noticias caóticas, de alguna situación en tu país.
- Toma caminatas diarias para estimular tu salud y bienestar espiritual.
- Medita durante el día en los asuntos productivos. Medita en la palabra.
- Toma diariamente un tiempo de oración no por tu angustia, sino en agradecimiento por lo bueno que ocurre a pesar de las fuertes tensiones.
- Toma nota de tus pensamientos, escríbelo y comparte con alguna persona que te motive a vencerlo y dar una mejor óptica.
- No dejes de asistir al psicólogo, aunque estas recomendaciones te ayudan es necesario diagnosticar y diferenciar de otras patologías.
Esto es Psicología Ágape, una forma de
educarnos con amor. Por el Psic Daniel Galindez Gracias por Compartir…
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